miércoles, 9 de noviembre de 2011

Reflexiones.

Quién acalla la sin razón tardía de aquel que enfundado en diplomas y Armani, decide el destino del mundo.
Donde está la conciencia de los hombres que atrapan en ruinas especulativas el futuro más presente de sus semejantes.
En que lugar del universo, se esconde ese cobarde ser, al que todos llaman Dios cuando se acorta y se olvida la alegría de los infantes, convirtiéndolos en adictos a la sangre, miseria y dolor.
Quién fue el sádico, que creo este mundo tan desigual y agónico.
Quién se divierte con nuestros amaneceres, llenos de radiación y contaminación.
Escribo en nombre de aquellos que han nacido con el derecho de estar callados, sumidos en este profundo inframundo llamado tierra, donde dicen vivir los humanos.
¿Pero que hay de humano, en hacer sentir libre al esclavo obrero, que envejeciendo ve que nunca tendrá bienestar?
Que hay de humano en adoctrinar, bajo la palabra de un ser superior, guiando a aquellos que los escuchan, a que les llenen los bolsillos entregándoles a cambio promesas de vida, cuando la vida acaba.
¿Que hay de humano, en ser humano?

No hay nada, somos una raza evocada al extermino. Juguetes de arcilla en las manos del señor del tiempo. Somos ojos, boca, brazos, pensamiento. Pero también somos guerra, destrucción, epidemia, hambre y muerte.
Miremos a nuestro alrededor, pensando en lo que tenemos o lo que hemos conquistado, y lo que realmente descubriremos es miedo. Mucho miedo.
Miedo a reconocer que somos una especie que nace, construye y muere. Solo eso y nada más.
Una especie aislada en el universo, encerrada en sí misma, desterrada en un paraíso que agoniza cerca de las estrellas. Castigada por la mano divina de la inconsciencia, a merced de la marea errante del pensamiento.
Reflexiono en busca de respuestas, y cada vez encuentro más preguntas, más duda, más miedo, más incertidumbre, más rabia de pertenecer a una especie llamada humana.

La daga pensante.

5 comentarios:

  1. Sensacional Mariam. Fantástica redacción, tan emotiva, perpetrada desde el corazón; un corazón que sin duda empatiza y entiende el lenguaje abstruso del dolor y el enojo, el rencor y la animosidad para aquellos que infligen dolor. Un corazón sensible que está con quienes sufren, un corazón sensible que llora desgarrado al contemplar tanta injusticia y miseria humana. Me encanta, por explícita, la fotografía adjunta. Cuanto más sé, menos quiero saber. Abro una puerta de misterio para encontrarme con nuevas puertas que se expanden a nuevos misterios. Abro los ojos y veo a esta especie nuestra, devastadora, un virus letal, la especie más ponzoñosa que ha pisado jamás la faz de la tierra. Es cierto que devastamos y asolamos, pero me quedo con ese resquicio de esperanza en la humanidad, un nutrido grupo de supervivientes que sembramos, o lo intentamos, amor, paz, amistad.... un grupito insurrecto que le dan la espalda al miedo y al dolor y tratamos de dibujar estrellas en un panorama baldío, sembrado de envidias, ambición y deslealtad. Fantástico artículo amiga.

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  2. Si bien es veraz y desoladora la faz que plasmas en este artículo, de modo tan fidedigno, prefiero vernos como adalides o paladines de la justicia, buscando la luz, el orden y la armonía, aunque el resto del mundo caiga a nuestros pies. Es triste y aciago cómo nuestra civilización predica la injusticia y la crueldad entre sus congéneres, ajenos al dolor de unos, pendientes de su pompa y fastuosidad. Prefiero verme como la Morgana Fairchild, Milena Velba, en tierra de vampiros, combatiendo el mal en una tierra devastada por los vampiros. Me avergüenza también contemplar la miseria humana perpetrada por esta especie nuestra invasora, intrusa, devastadora. En todo caso, soy, seguro que tú también, de los que siempre se queda con la mitad de la botella que queda llena, no medio vacía. Saludos

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  3. Me preocupa amigo Victor, ver como cada vez la humanidad es menos sensible al dolor ajeno. Observo como las personas comen o cenan, teniendo de telón de fondo los informativos y no son capaces de parar de engullir. Protestamos por la contaminación ambiental, algo que está muy bien,o nos encadenamos por la fabricación de edificios, o la destrucción de las reservas naturales. Mas sin embargo, no lo hacemos por los niños que viven de la basura y en la basura en Nicaragua, o por los que mueren en el largo camino de la huida en Somalia, o los que son raptados para vender después sus organos. Estamos en un mundo donde la raza humana, se encuentra cada vez más desamparada.
    Un saludo.

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  4. Al igual que tú, comparto la opinión de ver las cosas en positivo, se que la solidaridad no ha muerto, pero somos esclavos de la sociedad de consumo. Y es dificil para muchos ayudar, porque también necesitan ser ayudados. De este concepto, nace mi articulo. De la necesidad de expresarle al que me lee, que hace falta nuevas formas de ayuda, ya que las instituciones pasan el dia mirandose el ombligo.
    Un saludo.

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  5. Sin duda, las instituciones pasan de todo, van a lo suyo, miran para otro lado. El problema es demasiado inconmensurable. No se puede aprehender el océano entre las manos, amiga Mariam. Me desangran las injusticias, la hambruna, todos esos dramas que denuncias. Me parece este tema como aquiellos ricachones del Titanic que se salvaron subiendo a los botes, mientras observaban cómo perecían el resto del pasaje. Si se acercaban, les aporreaban con los remos, no les podían, ni querían, dejarles subir o prestarles el menor socorro, prefirieron mirar para otro lado. Yo, en mi modesto rango de acción, trato de ayudar a todo aquel que me necesita, aún sabiendo que la felicidad que proporciono a unos será la desdicha de otros. A veces puede uno prestar una gran ayuda estando ahí, escuchando, siendo un amigo. Se puede prestar una gigantesca ayuda a unos pocos, pero no está en nuestra mano prestar una gigantesca ayuda a la mayoría, es como lo del Titanic... elegimos sobrevivir, aunque sabemos que esa decisión llevará a la muerte a tanta gente... es terrible.

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