viernes, 30 de agosto de 2013

Sabor a silencio.

Muere un beso,
y en una oscuridad luminosa
se escondió el te quiero,
 huidizo del amargo oscuro
 sabor del silencio.
 
Muere un beso,
y yo aferrada a este intento
de repetirme a mí misma...
"¡No es cierto,
 no se congeló el deseo
ni se marchó el anhelo!"
 
Buscando en la profundidad
de mis escasos pensamientos,
significados de palabras
en las que no pienso.
 
Con las cuales justificar los amaneceres
 de mis cristalinos ojos,
que se entregan
a los rejuvenecidos días...
¿Me acostumbré y mentí?
 
 
Muere un beso,
y en cada agónico latido
de esta verdad inmodesta,
mis rebeladas lágrimas
se olvidaron de reverenciar al desprecio.
¡Estoy viva!
 
Entre escurridizos te quieros
y congelados deseos...
 
Dentro de mi ser,
hay fuerzas para olvidar el duelo,
sangrar la herida,
cerrar los ojos, sonreírle a la mañana
sin sonreírle al pensamiento.
 
Dar pasos de gigantes
en terrenos bien pequeños,
y repetirle al cielo:
¡Estoy viva, no ausente!
 
Preparada para el desafío
de enamorarme de nuevo...
y que de nuevo...
"Muera el beso".
 
 
 
La daga pensante.

miércoles, 14 de agosto de 2013

El juicio de los desafortunados.

Para sentencia, aquellos que no han sido juzgados, dejando en la nada, a los muchos que han sido sentenciados.
Condenados a vagar sin techos, gracias a la penumbrosa retórica, de esos que han sido elegidos por la democracia y el tributo a la libertad sin esperanza.
Para sentencia, la alegórica alusión, al regenerar del sistema, por el sistema... Mientras los indultados, suspiran en colchones de coca- cola, sedientos del trabajo expropiado por nudos de corbatas, que sonrientes exclaman:  "¡Os prometemos, no quitaros más, que la inocente ilusión de vuestros hijos, para saborearlas en finas copas... A la vez que degustamos, vuestras saladas y exquisitas lágrimas!"
Para sentencia, un gobierno inerte repleto de congeladas estatuas, que pausadas observan a las enmudecidas masas vociferar silentes, con educadas pancartas y enfurecidas porras dispuestas en manos de acero, a custodiar la desesperanza.


Somos hijos de un milenio, donde el culpable es libre y el liberto, deambula bajo el acecho de la culpabilidad, tras promulgar la modestia, la honestidad y el amor al trabajo.
"Necios..." nos llaman, los nudos de corbatas.
Estúpidos irracionales espetan, mientras se esconden en sagrados pedestales y sonrientes ven a un pueblo, ahogarse en la juiciosa misión de juzgar, a los que jamás serán juzgados.


La daga pensante.

jueves, 2 de mayo de 2013

Y nació MANUELA.

Invitó la sensación al pensamiento, para crear una fiesta de emociones.
La ilusión evocó al silencio, y la creatividad mostró sus dones.
Nació MANUELA, y la nostalgia ensayó sus lágrimas tras la melodía de un recuerdo.
Y sonó la orquesta armoniosa, al compás de cada letra, cada párrafo, cada vivencia trazada desde el orgulloso deseo de la memoria.

-¡Bella historia!- exclamó el viento susurrante de deseo.
Y el más fiel de los escribas talló en papel mis pensamientos.
Vengan todos, hay prisa, no queda tiempo y observen desde cerca o desde lejos este bello amanecer. Entre bosques y suspense, nació MANUELA, nació mi libro, para permanecer en el tiempo tras la estela de aquellos cuentos, reflexiones, versos que maduraron en mis inquietos pensamientos.

Gracias: Karla (El juego de lo incierto), Lorenzo (Me llaman machista), María (Calabazas encendidas), Yolanda, los hermanos Perea (La ley de la sangre), Julietta, Pedrito (Un descuido, una esperanza), Amelia, Egos y Ados (En el reino de los cielos), Kistor I (La corona de la muerte), Pepe y Elenea (The mouse), María Isabella (El secreto de Nougles)... Por ser vosotros, los primeros en encumbrar mi arte, y convertir en prosa mi sentir, mi inquietud, mis deseos...

María Amparo Bronchal Alós.
La daga pensante.