jueves, 2 de mayo de 2013

Y nació MANUELA.

Invitó la sensación al pensamiento, para crear una fiesta de emociones.
La ilusión evocó al silencio, y la creatividad mostró sus dones.
Nació MANUELA, y la nostalgia ensayó sus lágrimas tras la melodía de un recuerdo.
Y sonó la orquesta armoniosa, al compás de cada letra, cada párrafo, cada vivencia trazada desde el orgulloso deseo de la memoria.

-¡Bella historia!- exclamó el viento susurrante de deseo.
Y el más fiel de los escribas talló en papel mis pensamientos.
Vengan todos, hay prisa, no queda tiempo y observen desde cerca o desde lejos este bello amanecer. Entre bosques y suspense, nació MANUELA, nació mi libro, para permanecer en el tiempo tras la estela de aquellos cuentos, reflexiones, versos que maduraron en mis inquietos pensamientos.

Gracias: Karla (El juego de lo incierto), Lorenzo (Me llaman machista), María (Calabazas encendidas), Yolanda, los hermanos Perea (La ley de la sangre), Julietta, Pedrito (Un descuido, una esperanza), Amelia, Egos y Ados (En el reino de los cielos), Kistor I (La corona de la muerte), Pepe y Elenea (The mouse), María Isabella (El secreto de Nougles)... Por ser vosotros, los primeros en encumbrar mi arte, y convertir en prosa mi sentir, mi inquietud, mis deseos...

María Amparo Bronchal Alós.
La daga pensante.