sábado, 5 de noviembre de 2011

Me bato en retirada.

Me bato en retirada, amor, me bato en retirada.
No deseo seguir más en esta trinchera llamada hogar, jugando al peligroso juego de dañarnos por tal de ganar una cuota de territorio en el país del rencor, pensando que así calmamos nuestras fracasadas almas.
Como me gustaría regresar en el tiempo, atrapar nuestro más dulces recuerdos y volverlos al presente. A aquellos días, en los que la felicidad era nuestra razón de existir y los sueños metas por alcanzar.
Aquellos días, los cuales mirábamos al horizonte con ojos de veinte añeros, con la única ilusión de construir, no destruir.
Pero llegaron los años, los éxitos, nuevos amigos y el desarraigo de nuestra forma de vida. Nos convertimos en cuerpos sin almas, sin sueños ni ilusiones. Nos consumió la doctrina del que dirán, nos atrapó el aparentar y nos olvidamos de que vivir, es más importante que disfrutar. Que no hay fracasos en los intentos, ni gloria sin fracaso.

Hemos cambiado tanto, que ya ni nos reconocemos. Tu deseas una jugosa pensión y yo el dejarte sin nada, mientras tanto la sin razón campa a sus anchas por el sentido vacío, donde un día habitaba el sentimiento.
No deseo más, no quiero vivir más bajo el estandarte del odio. Prefiero alejarme, olvidar y volver a aprender a ser lo que un día fui.
Por eso, me bato en retirada amor, me bato en retirada.
Dejo a la sentencia del destino mis actos, y le pido perdón al escriba de los años, por tener que plasmar la sin razón del fracaso de dos mortales que no supieron dar buena cuenta, de la palabra AMOR.

La daga pensante.

2 comentarios:

  1. Fantástico, amiga. Un placer siempre leerte. ¡Qué bien plasmas las emociones! en este caso, el desamor, la desilusión, el enamoramiento y el arrobo ajado y marchito, que se torna en gélida presencia, que hiere y ataca sin miramientos al corazón que un día palpitó por la persona amada. Me resulta triste llegar a eso, a ese amor apasionado que un día se acabó, por desidia, por monotonía, por incompatibilidad de caracteres, infidelidades, contiendas constantes... el amor hay que alimentarlo a diario con el combustible de la pasión, la creatividad, una sonrisa espontánea y un detalle constante en la atención. La comunicación es esencíal, de palabra y de acto, física y dialogada, la comunicación sin palabras, la atracción constante y la conquista diaria, sumidos en un nuevo reto diario. Cada día comienza una nueva conquista de la persona que amamos y nos ama. La complicidad, compartirlo todo en una perpetua fusión de almas y cuerpos. Cuando el amor se acaba una parte esencial de nuestras vidas se disipa como un fantasma del pasado. Prefiero vivir la vida con la alegría del niño y la pasión del adulto, consciente de que el tiempo es limitado, y los amigos, la familia, el amor, un regalo divino. Precioso artículo, como siempre. Saludos

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  2. Tienes toda la razón Victor, da lastima ver como la sociedad de consumo y la irresponsabilidad de no saber administrar los sueños y deseos, terminan destruyendo proyectos de amor. Ver como las personas se alejan o no saben asimilar el éxito, transformado en fracaso sentimental, es una realidad vigente y de radiante actualidad.
    Un saludo.

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