jueves, 22 de septiembre de 2011

Estare.

Cuando el frío de los años ahogue el calor de tu mirada, y el invierno seque las hojas de tu primavera, estaré.
Cuando el deseo pase y la pasión se encierre en tormentas de dolor y tristeza, estaré.
Cuando el pasado, sea tu presente más incierto y te sumes en un mar de dudas y reproches, estaré.
Cuando la luna, deje de ser esa amiga cómplice con la que compartíamos caricias y fantasías en noches interminables de pasión desmedida, estaré.
Cuando dejes de ser tú, porque la maldad anciana le ha ganado a la perfecta y tersa juventud, convirtiéndote en adicta al reproche de mirarte en el espejo, estaré.
Estaré, porque no hay nada en el mundo que me separe de ti.
Estaré porque los años siembran semillas profundas, de amor y compañía.
Estaré, porque te necesito. Porque eres mi yo, fingiendo en otro cuerpo el deseo de alejarse.
Estaré, porque estas grabada en mi cuerpo, en mi alma, en mi ser.
Estaré, porque eres el mar donde navegan mis pensamientos, mi brújula, mi puerto, mi destino.
Estaré, porque si no estas, a donde iría mi siamés corazón.
Estaré, porque eres la luz que alumbra el cuadro de mi vida, y es que cuando la vida acabe y el destino cierre con lágrimas de oro el libro de tu vida, estaré.
Estaré, porque ni el destino, ni los años, harán que mueras mientras esta alma mantenga viva la llama de tú recuerdo.
La daga pensante.

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