Hay un lugar en el mundo, donde la inocencia no tiene rojizas mejillas, sino un desperanzado rostro infantil.
Hay un lugar en el mundo, donde el hambre reina con mano dura aferrándose al trono de los olvidados.
Un lugar donde la vida, no es vida, y el dolor es un rito amargo edulcorado con ruegos y suplicas.
Un lugar olvidado sin motivos ni razón, donde la compasión del hombre se pierde en palabras de esperanza sin ninguna acción.
En el cuerno de África, hace años el mañana dejó de existir y el quizás emigró a tierras menos cálidas.
En el cuerno de África, el sol castiga con agónicas sequías y los animales se convierten en pasto de la carroña. El odio, el hambre y el desasosiego se ha apoderado de una tierra, que hasta el diablo aleja de sus dominios.
Duele, en lo más profundo de la conciencia humana, que haya un sitio vacío de esperanza y alegría.
Duele, en lo más profundo de la verdad callada, que donde no hay recursos que explotar, tampoco haya derecho a la vida.
Que libertad sea una palabra ligada a pocas verdades y muchas mentiras.
Que felicidad no sea un derecho divino, sino el sorteo de una moneda al aire.
Que el desinterés se haya convertido en parte de nuestra rutina, siendo incapaces de reaccionar ante el reflejo de una realidad tan inmensamente dura.
Hay un lugar en el mundo, donde la muerte tiene rostro de niño, de joven, de mujer, de anciano...
Un lugar donde ya no se ríe, no se llora, no se habla...
Un lugar que agoniza.
Un lugar con nombre propio, Somalia, y al que todos llamamos el cuerno de África.
La daga pensante.
Hay un lugar en el mundo, donde el hambre reina con mano dura aferrándose al trono de los olvidados.
Un lugar donde la vida, no es vida, y el dolor es un rito amargo edulcorado con ruegos y suplicas.
Un lugar olvidado sin motivos ni razón, donde la compasión del hombre se pierde en palabras de esperanza sin ninguna acción.
En el cuerno de África, hace años el mañana dejó de existir y el quizás emigró a tierras menos cálidas.
En el cuerno de África, el sol castiga con agónicas sequías y los animales se convierten en pasto de la carroña. El odio, el hambre y el desasosiego se ha apoderado de una tierra, que hasta el diablo aleja de sus dominios.
Duele, en lo más profundo de la conciencia humana, que haya un sitio vacío de esperanza y alegría.
Duele, en lo más profundo de la verdad callada, que donde no hay recursos que explotar, tampoco haya derecho a la vida.
Que felicidad no sea un derecho divino, sino el sorteo de una moneda al aire.
Que el desinterés se haya convertido en parte de nuestra rutina, siendo incapaces de reaccionar ante el reflejo de una realidad tan inmensamente dura.
Hay un lugar en el mundo, donde la muerte tiene rostro de niño, de joven, de mujer, de anciano...
Un lugar donde ya no se ríe, no se llora, no se habla...
Un lugar que agoniza.
Un lugar con nombre propio, Somalia, y al que todos llamamos el cuerno de África.
La daga pensante.
Lo has expuesto de maravilla. ¡Cómo enfrentarse a un drama de semejante magnitud! Es inmoral e injusto que en medio mundo se dilapiden recursos naturales, alimentos y demás mientras en la otra se mueren millones de personas de hambre o enfermedades fácilmente tratables. He colaborado toda mi vida con diversas ong´s, tuve un niño apadrinado, ahora sigo ayudando en todo cuanto está en mi mano. Si hay algo que me destroza, o mejor dicho, lo que verdaderamente me derrumba, es el maltrato animal y a los niños. La violencia me resulta abominable, e imperdonable en esos casos, me afecta mucho, la verdad. Lo de Somalia es un drama abrumador, me siento impotente ante tanta desvergüenza de esta sociedad obsesionado con el progreso, caiga quien caiga. Es injusto e inmoral lo que estamos haciendo con nuestros congéneres.
ResponderEliminarLa foto de este niño me desangra... recientemente vi un episodio de una serie, no recuerdo cual, en la que un niño estaba enfermo y le habían secuestrado. Le pedía sollozando a su secuestrador que le llevara con su madre, que estaba malito. Llevo días impresionado y afectado por aquello, y eso que era pura ficción, pero despertó algo en mi mente que llevaba media vida dormido. Los niños no deberían morir de hambre, deberían sólo recibir amor, jugar, crecer en un mundo donde no ocurriesen apocalipsis como el de Somalia. Es inaceptable. Fantástico artículo amiga, uno de esos que te hacen reflexionar, aunque a veces duela. Buen fin de semana, amiga
ResponderEliminarGracias Victor por tu comentario y muestras de solidaridad escritas.El dolor de las personas que viven en somalia es inmensamente grande,y creo que deberiamos hacer algo mas.Este mundo necesita mas dosis de humildad ,ya que hoy en dia las personas solo buscan la satisfaccion del alma ,sin pensar que no hay mayor humanidad que intentar practicar ser humano.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy bueno has plamado en palabras perfectamente la situacion de africa como dato cabe recalcar que africa cuenta con recursos suficientes para levantarse de lo que hoy viven sus pobladores pero lastimosamente por diferentes causas (RELIGIOSOS) no pueden explotar sus recursos de la manera necesaria y para empeorar lo poco que logran explotar se les arrebatan
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo amigo JuanCa,respecto a que Africa es un continente totalmente solvente ,en el cual se podria vivir de distinta manera.Aunque como bien dices, las luchas sectarias y religiosas han convertido al continente y en especial al cuerno de Africa en un lugar sin vida,ni esperanza.
ResponderEliminarTambien coincido en la indiscriminada explotacion por parte de paises y empresas extranjeras,las cuales arrebatan,sus recursos naturales y su dignidad.
Un saludo