lunes, 17 de octubre de 2011

Te invito.

Te invito a amarme sin fronteras ni razones, con el corazón como único sentido, dejando en un estado durmiente los otros cuatro.
Te invito a compartir una vida lejos de edulcoradas costumbres, amandome sin esperar nada a cambio.
No me entiendas ni intentes buscar en mi, la fastidiosa costumbres de desenredar mi mente, dándole lógica razón al porque sufro, lloro o rio.
Te invito a vivir una vida sin más sentido que el que dicte el corazón, vallando a la razón y a la lógica suprema.
Te invito a amarme, sólo a eso. A sentir, a vivir, a gozar en plenitud de la pasión en su estado más primario. A mirar a las estrellas, la luna y el infinito, sin pensar que hay más allá.
No deseo un mañana, ni una vida planificada, ni anillos que simbolicen lo mucho que te quiero, ni exultantes invitados sedientos de lanzar granos de arroz.
Sólo deseo un gesto, un te quiero, una caricia, sentir en mis labios el latir de tu corazón, embriagarme de tu aroma, de tu risa, entregándome en dosis pequeñas de amor.
Te invito a crear un mundo, un universo, un escenario sólo para dos.
A eso te invito, sólo espero que aceptes mi invitación.

La daga pensante.

2 comentarios:

  1. Alucinante revelación e invitación al cofre del corazón, donde se guardan los latidos de los amantes y se desenfrena la pasión. Me ha encantado el tono, ritmo y verbo de esta sucinta entrega amorosa. Muy sentido, muy apasionado el tono, y bello. Me he reconocido, incluso, en algunas de las frases tan fantásticas que escribes. Es como si por un momento pudiera mirarme en un espejo mágico. Como siempre, preciosa la foto que acompaña el texto. Me gusta cuando te entregas a las palabras, adornandolas, entonces el texto se sublima. Felicidades.

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  2. Hermosas palabras amigo Víctor,eres un gran poeta, quizás nacido en una época donde ya se ha perdido el sentido del romanticismo y el arte de amar en libertad.
    Un saludo

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