miércoles, 18 de enero de 2012

En el teatro de mi vida.

En el teatro de mi vida, al divino se le olvidó darme algún papel, figurante fui de la tétrica desgracia de mi destino.
Fracaso tras fracaso, derroche mis años, lastimé mi autoestima y adormecí mi ego.
En el teatro de mi vida, nunca se abrió el telón y las flores de la alegría, no aromatizaron mi rencor.
No fui niño, no fui joven, no fui ser, ni mucho menos señor.
Ornamento del decorado destino de mujeres sin piedad y borracheras sin control.
No encontré aliado en la noche, ni un compasivo amigo en el sol.
Un ente sin pasos ni camino, una sombra sin historia, sin latidos en el corazón.

Transcurrí viviendo de aguas vacías, buscando mi mejor función, transitando en la penumbra, enamorando al dolor.
Si la vida es bella, entonces ¿que he vivido yo?
Galán de noche sin aroma, triste y marchito ruiseñor.
No hay huellas en mis principios, ni sonrisas en el corazón.
Sin papel y sin destino, con los años se apagó mi voz.
Luz sedienta de algún brillo, en el teatro de mi vida, nunca fui parte de la función.

La daga pensante.

6 comentarios:

  1. Antes de comentar tus dos nuevos y fascinantes relatos, agradecerte otra vez tus amables comentarios, que siempre recibo con agrado. Te agradezco la libertad que me das en lo referente a tus blogs. Me gusta a veces poner en la cabecera de los míos alguna foto de tus blogs, que me parecen una maravilla. Como siempre te digo, tú en los míos también tienes permiso para entrar, salir, tomar prestadas fotos, artículos, lo que tú hagas estará bien, siempre me parecerá bien. Me gusta que me lo comentes, pero siempre tendrás mi aprobación.

    Bueno, aquí vuelves con otro de esos fantásticos relatos tuyos contemplativos, que se regodean en la nostalgia y la introspección, esa cualidad que tanto adoro y reconozco en mí mismo, como observador del orbe circundante, haciéndome preguntas sobre todo, analizándolo todo y exprimiendo su jugo. Así parecen los pensamientos de este septuagenario con pinta de Moisés o incluso chamán atemporal. En su mente una valoración negativa, lacrimosa y aciaga de su paso por la vida, tratando de encontrar los frutos yermos de su cosecha depauperizada, tratando de encontrar vestigios de sus huellas, para reparar en que su paso ha sido infecundo, invisible, apenas una cortina rasgada por la cual se escapó su vida y su ilusión, un libro con las páginas rotas o desnudas, que no cuenta historia alguna. En ocasiones, cuando la gente se siente sola o frustrada, o no ha dedicado su vida a sembrar para después recoger, en esos momentos postreros de la vida, se pierden en circunloquios de arrepentimiento, pero la vida no espera, cada segundo cuenta y cada segundo debe ser exprimido, para libar su jugo, pues con el tiempo se seca y nos quedamos solo con la mortaja reseca. Es propio de la finitud, cuando todo acaba, plantearse qué fue de nuestra vida, o reflexionar en año nuevo, Navidades, diagnóstico de la vida: ¿Qué he hecho? ¿Quién falta, a quién tengo? Aprendí hace muchos años a ser feliz con mi botella medio llena en vez de lamentarme por la botella medio vacía. Cada segundo cuenta, para ser feliz y sembrar. Preciosa tu capacidad para transcribir las emociones en bellisima poesía. Para mí es un placer compartir pluma contigo en cuántos relatos te apetezca participar jutno a mí. Saludos

    ResponderEliminar
  2. Me quito el sombrero ante tal exquisitez. Bella y triste historia, mía, ¿tuya? y de la mayoría. Es muy difícil destacaren en este gran teatro que es la vida y aunque mucho se merecerían dar a conocer por sus actos o por sus dotes, por desgracia sus huellas desaparecerán al mismo tiempo que sus cenizas. Un abrazo y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  3. Bueno mariam, esto es verdadero arte amiga.
    Opino como sheol que es muy difícil destacar en este gran teatro, sin embargo, también es muy difícil pasar inadvertido, cualquier movimiento, cualquier roce, cualquier cosa que movamos a lo largo de una vida, tendrá un efecto que dejará una huella por muy imperceptible que pueda parecernos. Todos formamos parte del puzle, hasta esa pieza pequeña que simplemente tiene como fondo un solo color liso y que no parece decir nada, la que parece estar de mas en el juego y que casi nunca sabemos donde encaja, ella puede ser la que no deje cerrar la composición si llega a perderse.
    Un abrazo amiga, me ha parecido magistral.

    ResponderEliminar
  4. No tienes que agradecerme nada amigo Victor, ya que eres una persona que te mereces todos los alagos del mundo. Has descubierto cada intención descrita en este relato, y eso es lo que me fascina de ti, la capacidad que tienes para ponerte en la piel del escritor.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Tienes razón amigo sheol13, es dificil destacar en el teatro de la vida, pero más dificil es ser reconocido. Vivimos interpretando un papel, que a veces pasa desapercibido, aún para aquellos que conviven a nuestro lado.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Es para mi un honor Casareales, que consideres mis modestos escritos como una obra de arte. Eres un escritor que en el poco tiempo que te conozco, me ha enseñado mucho. Ya que tienes una manera muy personal de escribir. Segura estoy que al final de tu función, que será dentro de mucho tiempo, tendrás al mejor de los públicos dandote el más bello de los aplausos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar