martes, 29 de noviembre de 2011

Cercana distancia.

¿Como podré ver la vida si me falta, el color de tu amor?.
¿Como podré vivir si mi corazón, se ha marchado en busca de tus besos?.
Me has dejado vacía, con la razón perdida, vagando entre lo imposible y el milagro.
Cada día que pasa, es una esperanza que muere cual estrella.
Cada amanecer, un reflejo del ayer convertido en recuerdo.
Y tú tan lejos, viviendo, mientras  yo me bato entre el olvido y el no puedo.
¿Por qué es tan dañino el amor, y amargo el desconsuelo?

No puedo olvidarte por más que lo intento, parezco una presa condenada a la inocente tortura de buscarte en aquellas ropas tuyas olvidadas, saciando mi alma con el sabor de tu fragancia.
Te llamo en pensamientos, pero no me escuchas, no sientes lo que yo siento. Y lo comprendo, pero no lo entiendo.
Encerrando en mi la caprichosa esperanza, de tenerte a mi lado de nuevo.
¿Como podré sonreirle a la vida, si hasta mi sonrisa ha ido a tu encuentro?

La daga pensante.

La guardiana de los mortales.

LLevo toda la eternidad cuidando al hombre , del hombre.
He pasado mi inmortal vida, desterrando la avaricia y la codicia convertidas en depredadoras furtivas.
He combatido al lado de Dios, enfrentada al diablo y  sus intenciones de conquista.
He visto crecer a la humanidad, convirtiendo sueños en realidades. Pero también verdades en mentiras, y mentiras en parte de su historia.
Amo lo que soy, pero ya no tanto lo que represento. Con el paso de los siglos, mis ojos han observado con tristeza, como ya no es la religión la que guía al hombre, sino el frío ego mortal quien manipula las palabras de Dios.
Como los niños viven en un mundo cada vez más inseguro y muy alejados de la inocencia, residiendos algunos en tierras prohibidas de nombres vertederos. Como mueren de hambre mientras unos pocos, sacian sus ojos con propiedades y riquezas.
¿A quien defiendo y por qué?

Me pregunto ahora cual es la razón de mi inmortal misión.
Que ha sido del modesto humano que pensando y anhelando, descubrió el fuego y evitó pandemias.
Siglo tras siglo algo en mi muere.
Quizás sea la fe o la conciencia, de ayudar al humano y su futuro.
Quizás sean las ganas de ya no vivir enfrentada al diablo, reconociendo, que somos dos caras de una misma moneda.
O tal vez, que la pobreza no es un demonio, sino una realidad impuesta por la supremacía humana que no respeta ni sexo ni edad.
Siglo tras siglo, vivo condenada a sufrir en silencio, el desvariado sentido de proteger una raza de sus propias debilidades.

La daga pensante.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Despierta y lucha.

Sangraron mis sentimientos en la caprichosa idea de quererte.
Me arruiné por dentro convirtiéndome en una mendiga pasional.
Te supliqué mil veces una caricia ,mientras tú, sonreías al verme llorar.
Me mordí la voz, cuando mi dignidad pedía a gritos revelarse, desterré mi orgullo con desvariadas sin razones.
Me volví obsesa del sin sentido, cual adicta diciendo: "Sí, el me quiere. La culpa es mía. Soy intensa. Lo agobio. Comprendo sus arrebatos. Que más que a mí, es a él a quien le causan dolor".
Me creí fuerte y tú un ser débil, al que necesitaba proteger y justificar ante el mundo.
No veía sensibilidad en las lágrimas de mis padres, y no entendía porque, el caprichoso deseo de que te abandonara cuando era tuyo mi corazón.
"Toda pareja tiene momentos buenos y malos", le decía a mi hermana, que con compasiva mirada, veía coloreados mis ojos con la fuerza de un puño convertido en maltrato.
Ella callaba y desdibujaba con coloretes aquello que yo quería ocultar, me abrazaba como me abraza hoy.
Con la diferencia que hoy, abraza a un cuerpo que no late.Y que muy tarde comprendió, que el maltrato no forma parte del amor.

La daga pensante.

Una deuda, un angel y un deseo.

Tengo una deuda contigo Cupido, me he convertido en parte de ese coro ingrato de seres que han olvidado tú nombre, olvidando también, que fuiste tu quien me enseñó la ilusión de amar.
Inspirada en ti, escribía poesías que alzaba cual cometa al viento para que encontrasen su destino y volvieran en formas de apasionados besos.
Pero me olvidé de ti, al igual de cuan importante es tu misión en este mundo.
Cuentan los que te conocen que te sientes triste, derrotado, cansado de estamparte con esa pared gigantesca e inmensa que rodea en forma de muralla el universo del amor.

Que sientes que vivirás eternamente condenado, a sufrir la indiferencia de los humanos, que los poetas ya no se inspiran en tus historias narradas. Y los jóvenes prefieren enviar un tweet, antes que escribir perfumadas cartas.
Aceptaste con estoica resignación ver desaparecer al enamorado cantor, que a la sombra de la luna daba su serenata, o como las flores han perdido su lenguaje.
Tus inocentes ojos, han visto morir la ilusión de deshojar margaritas, buscando la respuesta acertada.
Ya nadie cincela corazones al aire, ni suspira desde el más profundo sentimiento.
El mundo ha cambiado viejo amigo, y el concepto de amar, ya no es el mismo.
La fría tristeza de vivir sin el hechizo del amor, se ha convertido en credo y religión.
Somos reflejo material, no espiritual.
Nos ganó la pereza y se durmió la ilusión.
Hemos abrazado la filosofía de querernos sin compromiso, deseando solo compartir instantes en vez de construir un paraíso fruto del deseo y la seducción.

La daga pensante.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Volar al infinito.

Como quisiera convertirme en águila y vivir en la cima más alta, lejos del dolor de un planeta que envejece sin alma.
Como quisiera alejarme del día a día, despojarme de esta coraza de acero que me sirve para que el maligno pensamiento no devore mi inocencia.
Despertar y desde mi altura observar la belleza de la tierra, sonreír y volar hasta el infinito sin tropezar con la duda y el acierto.

Como quisiera convertirme en águila, y no permitir que depredadores intenten cazarme con trampas convertidas en palabras.
Vivir aislada, a solas con mis pensamientos, sin ningún espacio para el oportunismo dañino del consejo innoble.
Ser mi voz y mi conciencia, mi imagen y mi reflejo.
Ser yo y nada más.
Solo eso deseo al desear convertirme en águila.

La daga pensante.

La ley de la sangre.

Mis abuelos decidieron abandonar su Puerto Rico natal, para hacer fortuna en una creciente Miami. Allí con esfuerzo y trabajo lograron abrir una frutería.
La corrupción en las calles de Miami, era algo normal en aquellos años, y la emigrante pareja aceptaba vivir pagando un  pequeño impuesto diario a luchar contra algo que ni el propio sistema podía detener.
Una tarde el encargado de cobrar, entró en la tienda en busca de la recaudación. Mi abuelo le explicó, que ese día no habían entrado clientes, que pasara al día siguiente y le pagaría el doble con intereses.
Aquel hombre, no creyó las palabras de mi abuelo y decidió escarmentar a la humilde pareja. Se dirigió hacia mi abuela, y la golpeó con fuerza en la cara mientras gritaba: -Dame el dinero.
Mi abuelo enfureció y se abalanzó en un heroico acto de suicidio, por salvar a su mujer de aquel mafioso, pero no llegó a tocarlo, recibió tres tiros y la vida se le acabó en un instante.
Mi padre tenia por aquel entonces dieciocho años, y tuvo que asumir la responsabilidad de ser el cabeza de familia. Su madre nunca se recuperó emocionalmente de ver morir a su marido ante sus ojos, cayendo en una profunda depresión.
Sus hijos intentaron buscar justicia en la justicia, pero pasaban los días y aquel hombre seguía campando a sus anchas por la barriada, así que decidieron tomar la misma por sus manos. Durante días los hermanos Perea llenaron las calles de violencia, limpiándolas de garrotistas y delincuentes. Asumiendo así el control de su comunidad.

Las personas les mostraban respeto, y solían hacerles pequeños regalos. Ellos a cambio, decidieron convertirse en una especie de árbitros que mantenían la tranquilidad en la comunidad, llegando a crear la organización de "los jóvenes del silencio".
Aquellos jóvenes se hicieron hombres, y con los años encontraron en la codicia y la avaricia una disyuntiva que rompería su código de actuación.
Mi padre no compartía el nuevo concepto de los jóvenes del silencio, decidió alejarse de sus hermanos y de la organización, comenzando una nueva vida en Brooklyn, donde abrió una tienda de frutas y verduras, formando las bases de su propia familia.
Un veinticuatro de agosto, recibió una carta de Miami, en la cual le decían que al pequeño de sus hermanos lo habían matado y el tío Juan estaba grave, que volviese.
Lloró, lloró mucho. Pero decidió no hacer nada, no era su mundo, no era su historia.
Pero por más que uno hulla del pasado, el pasado te termina atrapando y aquellos a los que el castigó, terminaron encontrándolo. Pusieron una bomba en los bajos de su coche, la bomba explotó pero con la persona equivocada dentro, matando a mi madre embarazada de gemelos.
Esta vez, el mayor de los Perea no lloró. Me fue a recoger al colegio y de allí viajamos a Miami, donde su ferocidad se convirtió en algo indescriptible, y su voluntad en pistola. Se alió con todo lo que un día rechazó.
Somos lo que somos, me repetía, cuando uno empieza el camino lo termina.
Y él lo terminó, murió a los sesenta y ocho años víctima de un cáncer. Y hoy yo he ocupado su lugar, dispuesto a seguir sus pasos, a no renunciar a nada, continuando día a día ejerciendo la ley de la sangre.

La daga pensante.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Más realidad que lágrimas.

Guardé en un lugar sin nombre la esperanza de volverte a ver.
Prohibí a mi corazón, el volverse a enamorar, y le insinué a mi mente que buscara en el juego de la seducción la manera de hacerle trampas a la vida, y ser yo quien dirigiese mi destino.
Me entregué a otros labios, me deje querer por otros brazos, amanecí en otras camas y gané en experiencia.
Ahora soy menos soñadora, más seductora, menos fantasiosa y más mujer.
Soy más diablo que ángel.

Ya no escucho el eco de mis sentimientos que me recordaban a cada instante tu nombre, he perdido el rastro de tu fragancia convertida en desairados deseos de tenerte.
Soy realidad y no lágrimas.
Preparada para abrir mi corazón consciente de que en la batalla y conquista del amor, puedo salir herida pero no derrotada.
Como aquel día que encerré en un lugar sin nombre, la esperanza de volverte a ver.

La daga pensante.

Las tres reinas.

Irónico reino el de la hipocresía, ese donde las personas pueden ocultar sus verdaderos sentimientos, convirtiéndose en maestros del engaño emocional.
Decir amar al prójimo, no es amarlo realmente. Recalca el dogma de la hipocresía.
Intentar ayudar al que ayuda merece, es una acción sin actos en el reino del egoísmo.
¿Porque dar lo que tenemos, si podemos calmar nuestra conciencia con las migajas de lo usado?
-Ser pobre no es una meta, y mirar hacia abajo da vértigo-. Dijo un día un filosofo de nombre clasista.
Saluda al mendigo y parecerás un buen hombre pero nada más, no vaya a ser que te lo tengas que llevar a casa. Eso sí, cuando lo saludes, pon una agradable sonrisa para que tus semejantes, no sus semejantes, vean que eres bondadoso.
-Habla desde la especulación, vive desde la especulación-. Replica a diario la señora envidia.-Nunca expreses el deseo, dejalo tan solo en un proyecto al tiempo. Vive observando lo que poseen los demás y obtenlo tu también. Este mundo es del que posee, no del que cede.

Codicia, envidia, hipocresia.
Irónicas reinas de la voluntad humana, dominan al que vive en un mundo mejor, creando diques al bondadoso pensamiento de ayudar al prójimo.
Un prójimo que ve como el mundo es cada vez más embudo, más inaccesible, más cruel. Soportando con estoica resignación la sonrisa fría, la palabra amable y las migajas donadas por los esclavos de las tres reinas.

La daga pensante.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Yolanda.

Por su sangre corría la esquina, ese divino lugar donde los sueños nacen en la pequeña Habana, y en su garganta el infinito convertido en voz.
Mestiza de raíces profundas, hija de africano y española, Yolanda, nació en un barrio donde la melodía saludaba al vendedor ambulante en forma de pregón, para convertirse en la seductora amiga del bailarín callejero.
Su padre músico percusionista, comprendió desde muy temprano que a su hija los dioses africanos, le habían bendecido con el don de la voz, pero, con un corazón débil.
¿Que hacer?, se decía, la vida del artista es difícil y quiero que crezca y viva con buena salud.
Tomó la decisión de que la niña no cantara, pero el destino se escribe mucho antes de que se dicte, y la joven mulata decidió regalarle su voz al mundo.
Un diecisiete de septiembre, con sus canciones como único equipaje y una estampita de la Caridad del Cobre, como compañía, emigro al país donde los sueños viven esperando una oportunidad.
Yolanda pisó Miami, y Miami, se rindió a su voz.

Y desde allí, su garganta le contó al mundo, en forma de melodía, el sentir del mestizaje. En sus canciones siempre estuvieron presentes sus dioses africanos, y el recuerdo a Canarias.
Y en su mente, el volver a ver a aquel viejo percusionista que no quería que ella cantara.
Su corazón se debilitaba mientras su voz se hacía más reina, más infinita, más bella.
Los médicos le aconsejaban viajar a New York, pero ella se negaba a abandonar la calle 8 en Miami, y sobre todo, a hablar en un idioma que no fuera el español.
Se encerró en sí misma y guardó su voz, se alejó del mundo y de su público. Le ganó la tristeza.
Pero cuentan, que un día escucho el sonar de un tambor y su voz regresó.
Cantó para pocos, o para casi nadie. Su voz era inmensamente bella, cantaba mientras caminaba descalza por la calle 8 y su corazón se apagaba, viendo la silueta del percusionista desdibujada en el viento.

La daga pensante.

Pensamiento.

Como deseo convertirme en pensamiento y viajar a tu encuentro, atraparte en un beso y decirte te quiero.
Como deseo borrar la agonía que reina en mi corazón, presa de la angustia de no tenerte.
Que dura es la incertidumbre del ¿me quieres?, descifrando en cada frase las claves de tu corazón.
Romántica, arrebatadoramente romántica es mi alma. La cual crea poesías que expreso al viento, para que se conviertan en la almohada donde reposan tus sueños.

Quisiera tenerte a mi lado, pero no intuyes, no sientes mi desesperanza.
Vas despacio, sin prisa, mientras yo me consumo en la necesidad de amarte, sentirte, besarte, acariciarte. Dibujando en cada caricia, la silueta del silencio.
Porque es así como vivo este amor, en silencio.
Lanzando mensajes y más mensajes que no logras descubrir, aunque tu mirada al tropezar con la mía, vea yo en ella la llama encendida del deseo.
Como quisiera convertirme en pensamiento y volar a tu encuentro.

La daga pensante.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Reflexiones.

Quién acalla la sin razón tardía de aquel que enfundado en diplomas y Armani, decide el destino del mundo.
Donde está la conciencia de los hombres que atrapan en ruinas especulativas el futuro más presente de sus semejantes.
En que lugar del universo, se esconde ese cobarde ser, al que todos llaman Dios cuando se acorta y se olvida la alegría de los infantes, convirtiéndolos en adictos a la sangre, miseria y dolor.
Quién fue el sádico, que creo este mundo tan desigual y agónico.
Quién se divierte con nuestros amaneceres, llenos de radiación y contaminación.
Escribo en nombre de aquellos que han nacido con el derecho de estar callados, sumidos en este profundo inframundo llamado tierra, donde dicen vivir los humanos.
¿Pero que hay de humano, en hacer sentir libre al esclavo obrero, que envejeciendo ve que nunca tendrá bienestar?
Que hay de humano en adoctrinar, bajo la palabra de un ser superior, guiando a aquellos que los escuchan, a que les llenen los bolsillos entregándoles a cambio promesas de vida, cuando la vida acaba.
¿Que hay de humano, en ser humano?

No hay nada, somos una raza evocada al extermino. Juguetes de arcilla en las manos del señor del tiempo. Somos ojos, boca, brazos, pensamiento. Pero también somos guerra, destrucción, epidemia, hambre y muerte.
Miremos a nuestro alrededor, pensando en lo que tenemos o lo que hemos conquistado, y lo que realmente descubriremos es miedo. Mucho miedo.
Miedo a reconocer que somos una especie que nace, construye y muere. Solo eso y nada más.
Una especie aislada en el universo, encerrada en sí misma, desterrada en un paraíso que agoniza cerca de las estrellas. Castigada por la mano divina de la inconsciencia, a merced de la marea errante del pensamiento.
Reflexiono en busca de respuestas, y cada vez encuentro más preguntas, más duda, más miedo, más incertidumbre, más rabia de pertenecer a una especie llamada humana.

La daga pensante.

sábado, 5 de noviembre de 2011

El escultor de palabras.

Te imagino amigo mío, rompiendo el silencio con agolpados pensamientos, creando moldes en forma de prosa para después esculpir profundos artículos, reflejo de una mente inquieta, amante de la contradicción y lo bello.
Naciste en una época donde las palabras habían perdido el sentido para las que fueron creadas, convirtiéndose en manipuladoras hechiceras capaces de contrariar la psiquis humana.
Pero tú las has devuelto a su sitio, esculpiéndolas cual frío y bello mármol desde tu universo de SIRENAS-IN-LOVE.BLOGSPOT.COM, regalandonos una nueva forma de literatura. Consiguiendo que de bella manera camaleónica, Milena Velba, tu musa, sea el estandarte de infinitos mundos de mágica lira.
Te defines tímido amigo Víctor Virgós, pero que es la timidez sino un reflejo más de la palabra sensatez. La cual a veces se transforma en tormentosos y convulsivos impulsos contradictorios.
Y es que cuesta tanto ser sensato en un mundo donde hace tiempo, la mayoría de personas le han dado la espalda a lo lógico, volviéndose presa del consumo y el capricho.
Pocos son ya, los que se detienen a ver amaneceres, o llenan una mochila con preguntas e inquietudes, y prestos deciden viajar al seductor New York para deleitarse con museos y monumentos, dejando pasar de lado la ostentación y las luces.

Solo un escritor, un poeta, un enamorado de la cultura y la métrica, un inconformista emocional que no se detiene en la satisfacción de aceptar lo que otros dicen, sino que sale en busca de respuestas, encontrándolas y transcribiéndolas con apasionada prosa.
Te imagino amigo mío, rompiendo el silencio con agolpados pensamientos, creando estrellas en forma de artículos, microrealtos o cuentos con los cuales alumbrar tu universo, abriendo "LA PUERTA DE LOS SUEÑOS".

La daga pensante.

Me bato en retirada.

Me bato en retirada, amor, me bato en retirada.
No deseo seguir más en esta trinchera llamada hogar, jugando al peligroso juego de dañarnos por tal de ganar una cuota de territorio en el país del rencor, pensando que así calmamos nuestras fracasadas almas.
Como me gustaría regresar en el tiempo, atrapar nuestro más dulces recuerdos y volverlos al presente. A aquellos días, en los que la felicidad era nuestra razón de existir y los sueños metas por alcanzar.
Aquellos días, los cuales mirábamos al horizonte con ojos de veinte añeros, con la única ilusión de construir, no destruir.
Pero llegaron los años, los éxitos, nuevos amigos y el desarraigo de nuestra forma de vida. Nos convertimos en cuerpos sin almas, sin sueños ni ilusiones. Nos consumió la doctrina del que dirán, nos atrapó el aparentar y nos olvidamos de que vivir, es más importante que disfrutar. Que no hay fracasos en los intentos, ni gloria sin fracaso.

Hemos cambiado tanto, que ya ni nos reconocemos. Tu deseas una jugosa pensión y yo el dejarte sin nada, mientras tanto la sin razón campa a sus anchas por el sentido vacío, donde un día habitaba el sentimiento.
No deseo más, no quiero vivir más bajo el estandarte del odio. Prefiero alejarme, olvidar y volver a aprender a ser lo que un día fui.
Por eso, me bato en retirada amor, me bato en retirada.
Dejo a la sentencia del destino mis actos, y le pido perdón al escriba de los años, por tener que plasmar la sin razón del fracaso de dos mortales que no supieron dar buena cuenta, de la palabra AMOR.

La daga pensante.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un nuevo amigo.

Vamos a confiar en él, corazón.
Se que tienes tus razones para tanta desconfianza. Que juntos hemos sufrido la desventura de la ilusión. Que los sueños terminan siendo una realidad distinta, y que el lagrimal de mis ojos se niega  a trabajar a doble turno, cuando el desasosiego convertido en pena asoma.
Que ya no siento las caricias, que mi piel tiene callos y callos porque la sombra de la duda, se ha convertido en armadura en verso.
Que mis oídos, no reconocen el susurro de las melódicas palabras prometiendo mundos de fantasía.
Que la soledad se ha instalado en el salón de mi mente, con ganas de quedarse por una larga temporada. Que mis sentidos han tomado las armas dispuesto a combatir, cualquier insuversivo síntoma de emocional sentimiento, y mis labios se niegan a besar príncipes que después se convierten en rana.
Pero siento que él es distinto, ha llegado despacio, acompañado de una brisa refrescante. Sin ganas de conquistar, solo compartir. Con la comprensión como único estandarte, respetando el reino de mis pensamientos, prefiriendo conocer mi alma antes que mi cama.

Demosle una oportunidad, corazón.
Porque siento que él, no es como aquel escurridizo deseo, ni un romántico de nombre capricho. Ni el astuto príncipe del país de los Adonis.
El es distinto, diferente, él es real.
Y te quiero de mi lado, te necesito de mi lado. Entregale la llave que abre las puertas de tu reino, dejalo pasar y descubrelo como lo he descubierto yo. Valoralo sin prisa, ni prejuicios que agolpen en ti desvariados argumentos.
Y verás como te vestirás de rítmicos latidos, y volverás a sentir aquello que un día sentiste, pero con un nombre nuevo, AMOR, que es como se llama este nuevo amigo que he conocido y que no desea, ser un viajero más surcando los mares de mis recuerdos.

La daga pensante.

La noche de los feos.

Amigos mios, la organización mundial de feos, ha decidido declarar la noche del tres de noviembre, como la noche internacional de los feos.
¿Por qué?, se preguntarán.
Pues porque nos la merecemos.
Tenemos derecho a sentirnos felizmente feos y no tristemente ignorados.
A compartir sin temor a escuchar, "no eres guapo, eres diferente".
A sentir la gozosa satisfacción de ligar con alguien, sin tener la sensación de que está demasiado borracho.
A dejar de ser el "gracioso" del grupo, el que más estudia, a ir un día con la cara lavada sin potingues ni gafas de sol.
A vivir aunque sea unas horas, en un mundo rodeado de feos, dejando por un momento de ser "la amiga comprensiva", convirtiéndonos en la mujer deseada.
A no caer en la triste necesidad de ligar a través de un avatar de irrealidades medidas, por temor a enseñar nuestro rostro.
A dejar de ser, la que termine siempre cuidando bolsos y abrigos.
Porque tenemos derecho a romper con nuestro manipulado ego de decir "que no nos importa que nos llamen feos", asumiendo el triste papel de reírnos de nosotros mismos.

Tenemos derecho, y por eso, los espero a todos la noche del tres de noviembre, tónica en mano, cantando esa horrible canción que dice:"Que se mueran los feos...".
Porque esa noche, nuestra noche, no habrán feos, sólo personas.

La daga pensante.